Lo primero que tengo que deciros es que lo siento mucho por haber abandonado el blog este tiempo, pero estaba muy liada con la universidad. No es que no tuviera tiempo para añadir entradas, es mucho peor... ¡No tenía tiempo para leer! Me tenían leyendo libros de los que mandan los profesores (nada interesantes, por cierto).
Ayer por fin acabé los exámenes y voy a darle vida a esto.
Lo que os traigo hoy es un reportaje que escribí para la universidad, a ver si os gusta.
Una crisis para controlarnos a todos
La situación actual de España interfiere cada
día más en los hábitos y en la forma de vida de los españoles, que han tenido
que adaptarse poco a poco a este contexto.
La crisis no da
tregua. Con la tasa de paro ya en el 27%
—más de seis millones de
desempleados— parece que
ese respiro que tanto se espera no llega. Luchando contra el yugo que la recesión
ha puesto a la mayoría de los españoles, estos siguen teniendo que hacer frente
a prácticamente los mismos gastos que antes de que todo comenzara.
Multiplicados, eso sí. Con tanta demanda y tan poca oferta, quienes pueden,
hacen malabares con lo que tienen, quien no tiene lo pasa un poco peor.
En
un contexto de inestabilidad económica y de gasto mínimo, bares, restaurantes,
supermercados y pequeños comercios han visto grandes cambios respecto a la
situación anterior. “El consumo de marcas blancas ha aumentado al menos un
200%. Cuando la compra se sale de las marcas blancas es por las ofertas”,
afirma Rosana Hurtado, cajera en uno de los supermercados Aldi. Según cuenta,
los ingresos medios de la tienda han descendido notablemente, sobre todo a
partir del último trimestre de 2012. Los clientes ya solo acuden al
supermercado a comprar productos muy específicos, apenas se realizan ya grandes
compras.
Pero
no todos los supermercados han visto caer sus ventas en esta situación, “la
crisis en Dia ha afectado positivamente. Hay muchas más ventas de las que había
antes. La gente se mueve más de supermercado en supermercado buscando las ofertas
y los mejores precios que son mucho más
asequibles en Dia que en otros supermercados”, afirma Encarna Torres, jefa de
tienda en esta cadena.
Parece
que algo que fue tan sencillo como hacer una compra se ha convertido en el reto
de muchos, “Ahora se compra con el teléfono móvil en la mano, calculando el
gasto. Se utilizan los cupones descuento, que antes casi ni se miraban y se
aprovechan todas las ofertas”, cuenta Encarna Torres.
Esta
nueva forma de comprar ha traído nuevos hábitos a los españoles, y los que más
parecen sufrir este cambio de costumbres son los pequeños comercios. Emilio
Padilla posee una pescadería en La Albufera, una concurrida calle de Madrid, desde hace más de
setenta años. Según cuenta, la crisis ha afectado mucho a los pequeños
comerciantes, él mismo afirma vender la mitad que en años anteriores. Pero no
solo él, otros compañeros de gremio también cuentan estar en la misma
situación, “la gente se ha pasado a las grandes superficies. No tienen la misma
calidad en un supermercado que en un comercio dedicado específicamente a un
tipo de producto, pero ahora no manda la calidad, manda el precio”, cuenta
Vicente Carbajal, dueño de una pequeña carnicería desde hace casi cincuenta
años.
Pero
este cambio de hábitos no afecta solo a la hora de llenar la nevera, sino a la
hora de comer. Los bares y restaurantes también se hallan en una situación
delicada. Los españoles han dejado de lado lo de salir a comer un fin de
semana, en lugar de eso se quedan en casa. Concepción Martínez es dueña de “La
Taberna”, un bar situado en la provincia de Alicante, “cuando cogí el negocio
era una mina. Cada fin de semana tenía cenas de empresa, despedidas de soltero
e, incluso algún bautizo. Ahora he perdido hasta a los clientes habituales. El
siguiente paso es cerrar, ya no cubro gastos”, cuenta.
Sin
embargo, la crisis no solo ha cambiado la forma de comprar, también ha quitado
la posibilidad de hacerlo a muchas personas. Un ejemplo de ello es María del Carmen
Rodríguez, viuda desde hace seis años y con una hija estudiante. “Simplemente
no tenemos para comer. Con un solo sueldo en casa tengo que decidir, o pago el
piso o hago la compra”, cuenta. “Con mi sueldo pagamos la hipoteca, cuando mi
hija puede, trabaja de camarera, pero cada vez menos. Vamos sobreviviendo con
lo que mi hermana puede darme, que no es mucho”. Según nos cuenta María del
Carmen, su hija ha sufrido problemas de calcio por la incapacidad que tiene
esta familia para comprar productos de primera necesidad, “sé que todos estamos
con el agua al cuello, lo único que pido es una ayuda, no para mí, para mi
hija, ella no se merece esto”.
En
una situación como esta, los españoles acuden cada vez más a organismos de
caridad, como es el caso del comedor social de las Hijas de la Caridad, situado
en Madrid. Según nos cuenta su directora, Patrocinio García, las personas que
acuden actualmente a ese centro han cambiado a la vez que han crecido en
número. El tópico perfil de persona de la calle que acude a comer a los centros
de caridad se ha sustituido por gente a la que no le ha faltado nunca de nada,
pero que ahora se ve incapaz de pagar una hipoteca y comer al mismo tiempo.
Pero
además, la cantidad de personas que acuden día a día ha ido en aumento desde
hace más años de lo que se piensa, “la gente se queja ahora de la crisis, pero
esta crisis es algo que yo estoy notando desde hace muchos años. En la memoria
de 2008 se dieron 6.708 comidas, en
2012 se dieron 15.640. La cosa ha ido en aumento año a año, la crisis no es de
ahora, se empezó a notar en 2013”.
Cabría
pensar en esta situación que los ricos no tienen crisis en este ámbito, pero,
contra todo pronóstico, esto no es así. Ameliano Martín, primer metro del hotel
Meliá, uno de los más exclusivos de la capital, cuenta que en el restaurante de
dicho hotel se han tenido que bajar los precios y crear un menú especial para
que la gente siga pudiendo acudir a comer al hotel.
El
restaurante Tres Encinas de Madrid, otro de los lugares con más exclusividad
para sentarse a comer, también han visto como el poder adquisitivo de sus
clientes ha bajado, “no hemos perdido muchos clientes, pero el cliente que
venía antes ya no se gasta cien euros, se gasta cincuenta. Los ricos también se
han visto afectados por la crisis, aunque para ellos eso signifique comer menos
marisco al mes”.
Pocos
se han librado de esta crisis que azota España desde hace unos años. Los
españoles no tienen otra opción, sobrevivir como puedan y esperar a que amaine
la tormenta, adaptarse a lo nuevo y esperar algo de espacio, un margen para
poder respirar.
Espero que lo disfrutéis y que me deis una opinión sincera.
Bienvenida de nuevo =)
ResponderEliminarMaldita seas tú y lo increíblemente genial que escribes. Podría haberte dicho todo esto el día de la cena pero ya había soltado bastantes lágrimas o podría habértelo puesto en un comentario de tuenti o facebook pero estoy segura de que en el blog te hace más ilusión. Creo que en toda mi vida he conocido pocas personas que se parezcan tanto a mí como tú... tenemos tantas cosas en común que a veces cuando hablo contigo pienso que estoy hablando conmigo misma. Eres una de las personas más increíbles que he conocido y saber que te tengo como amiga es una de las cosas más valiosas de este año en Madrid. Hemos pasado por cosas muy difíciles las dos y estoy segura que seguiremos pasando por pruebas duras pero seguimos adelante y a pesar de que solo te conozco de nueve meses sé que puedes con cualquier cosa que se te ponga por delante. No soy pitonisa, ni adivino el futuro pero no hace falta serlo para saber que el tuyo va a ser brillante porque eres una persona increíble y te lo mereces mucho y además vas a ser una periodista increíble. No te rindas nunca Ylenia porque lo tuyo es pura vocación y puro potencial. Gracias por este curso, por todo, por parecerte tanto a mí, por entenderme, gracias a quien sea por haberte conocido.
ResponderEliminarRecuerda que tenemos un sorteo pendiente y que quiero que este verano hablemos y no perdamos el contacto. Nos vemos en septiembre, disfruta mucho muchísimo de este verano porque te lo mereces. Y una vez más gracias, eres una de las mejores cosas que me llevo de Madrid.
Un besazo muy muy muy fuerte y sabes de sobra que en Asturias tienes una casa y sobre todo, una amiga. Te quiero <3