Reseña: Martina con vistas al mar

viernes, 19 de febrero de 2016






Título: Martina con vistas al mar
Autora: Elísabet Benavent
Saga: Horizonte Martina (1/2)
Editorial: Suma de letras
Número de páginas: 669
Precio: 16,90 €













Martina trabaja en la cocina de un hotel y sueña con ser chef. Martina ama a Fer, su antiguo profesor de cocina, desde hace ya diez años, o eso cree. Martina recibe una sorpresa el día de su aniversario: Fer la invita a cenar a El Mar. Martina tiembla cuando Pablo Ruiz, excéntrico chef del restaurante, se acerca a saludar. Martina fantasea, teme, camina... Sabe que nada será igual a partir de ese encuentro.







Últimamente parece que me pagan por leer y opinar sobre los libros de Elísabet Benavent, pero no, es que me he enganchado a su literatura. Jamás pensaría que me fuera a pasar esto con unos libros de género romántico, pero para todo hay una primera vez. De todas formas esta vez voy a poner más pegas que en las otras reseñas, pero todo a su tiempo. 
En esta ocasión nos sumergimos en el mundo de Martina, una cocinera que parece ser menos humana que el resto. La vida de Martina es pragmática, tanto en el hacer como en el sentir. Ha pasado muchos años con su novio de toda la vida, un profesor por cierto, y acaban de romper, por lo que Martina acaba de hacer borrón y cuenta nueva para sumergirse en una nueva rutina. Nueva vida que comparte con Amaia en un principio y a la que se suma Sandra, sus dos mejores amigas de toda la vida. 
La historia empieza en un punto de inflexión para las tres chicas: Martina, como ya hemos dicho, rompe con su pareja y comienza a trabajar en El Mar, el restaurante que siempre ha admirado por su chef, Pablo Ruíz, el cocinero que ha sido desde siempre su modelo a seguir. Amaia, enfermera enamorada de su médico desde que Cristo perdió las alpargatas, acaba de sufrir un desengaño con el mismo, que se ha echado novia. Mujer excéntrica donde las haya y lejos de resignarse, Amaia emprende un camino derechito a recuperar a su amor. Sandra, por su parte, lleva más de diez años "trabajando" como opositora a notaria, acomodada en casa de sus padres y sin atreverse a dar un paso en ninguna dirección. Íñigo, su novio de toda la vida se cansa de ese inmovilismo y decide dejarla, sus padres deciden retirarse a la casa de la playa y alquilar la vivienda habitual, por lo que entre todos empujan a Sandra a salir de su vida segura, mudarse con sus amigas, buscar trabajo para pagar los gastos correspondientes a vivir fuera y a cambiar su modus vivendis al de "soltera folladora", algo que no le pega lo más mínimo. 
Pero esta receta no consta solo de los tres ingredientes principales, sumamos a Pablo Ruíz como pieza demoledora del universo de Martina, a Javi como lazo común entre Amaia y Sandra, a Malena como toque agridulce, añadimos amor, celos, innovación, locura y un toque de risa y obtendremos Martina con vistas al mar, una novela que, a pesar de que pienso criticarla, recomiendo.




Y digo que voy a criticarla porque llevo dos reseñas pintando los libros de esta autora como obras maestras, que lo son, pero ya iba siendo hora de encontrar algún defecto para no faltar a mi personalidad, crítica donde las haya. 
Hablemos, por tanto, de los rasgos negativos en primer lugar. El primero de ellos tiene que ver con los personajes. Siempre he dicho de Elísabet Benavent que me fascina la capacidad que tiene para profundizar tanto en todos y cada uno de los personajes principales de la acción. Esa profundización es sin duda lo que te lleva a introducirte dentro de la historia, de tal manera que llegas a sentir en tus propias carnes todo aquello que les pasa a los que ya consideras amigos, amantes o enemigos. Sin embargo, lo que me ha pasado en este libro es que, para mí, no ha profundizado tanto en ellos, tengo la sensación de no haberlos conocido tanto como a Silvia, Valeria, Nerea, Lola, Carmen, Álvaro o Gabriel. También que no son personajes que me hayan llegado a conquistar. En todos los libros de Elísabet me he sentido identificada con al menos uno de los personajes de la trama, pero en este no. 
Martina es todo lo contrario a mí, todo lo contrario a las personas con la que normalmente me relaciono, y a pesar de no haberme caído mal, no puedo llegar a comprenderla por lo que su drama no me ha parecido tal. 
Amaia me ha gustado, podría ser mi amiga, de ella no tengo nada malo que decir. De Sandra sí, una niña caprichosa, que tampoco me ha caído mal, pero no llego a comprenderla. 
¿Pablo Ruíz? Un misterio. Creo que es lo que la autora quiere de este personaje pero no es eso lo que no me ha gustado de Pablo, ha sido su gran y rotunda pastelosidad. Os juro que a mí un chico me llama "pequeña" y salgo corriendo. Demasiado dulce para mí, Pablito. 

Además, la historia principal, la de Martina, gira única y exclusivamente a su relación con Pablo, no tiene caminos secundarios, por lo que en ocasiones ha llegado a cansarme y en todo momento me han gustado más las historias de Amaia y Sandra. 

En cuanto a la trama, la veo completamente plana. Salvo dos discusiones tontas, no sucede nada en seiscientas páginas. En serio, conforme iba pasando pensaba si en algún momento me sorprendería o me quedaría con la boca abierta, pero no ha sido así. Martina con vistas al mar te cuenta un tramo de la vida de los personajes que es diferente, pero no por ello digno de escribirlo paso a paso en un diario, no sé si me explico. 
Eso sí, parece que en seiscientas páginas no hay tiempo de que pase nada pero en las tres últimas te mete ahí con colador un giro drástico y brusco para que mañana mismo vayas a por la segunda parte. Que sí, que me encantan los finales apoteósicos, pero no cuando no me has dado marcha en todo lo que llevo leído, que juro que cuando lo estaba acabando no entendía de dónde iba a salir la segunda parte, tenía pinta de libro auto conclusivo. 


Segunda parte, Martina en tierra firme


Otro detalle a señalar antes de empezar con la parte buena de la novela (que sí, que la tiene aunque no lo parezca), es que en ella aparece Gabriel, personaje de los libros de Silvia. Lo nombran como estrella del rock que ha empezado su carrera en solitario y a mí se me escapó un gritito de emoción y todo. Sí, soy tonta a veces. 

Vale, ahora vamos con las cosas buenas que me ha despertado este libro. Va a parecer que lo que voy a decir ahora es una caricia o un premio de consolación para la autora, porque me cae bien, pero no es así, cuando tengo que ser una bruja lo soy sin que me preocupe mucho que no sienten bien mis palabras, soy realista, digo lo que siento sin tapujos. 
La primera parte buena del libro es que me ha hecho ser comprensiva con los personajes. Como ya he dicho, no me siento identificada con ellos y tampoco suelo salir con personas que se parezcan mucho (salvando a Javi), pero no los he odiado, cosa que suele pasarme con los personajes que no hacen cosas que quepan en mi universo. A pesar de todo, los he entendido, me he puesto en su lugar y he tratado de ser comprensiva, como si fuera su amiga. Y esto me lleva a nombrar la segunda cosa buena que he sacado del libro, el magnetismo de la autora. No me he encontrado con la mejor de sus tramas ni con los mejores de sus personajes, pero Elísabet Benavent, como siempre ha hecho que a pesar de todo no cierre el libro, al contrario, a pesar de todo he seguido acostándome a las tres de la mañana leyendo y eso es que aunque no sea nada lógico o plausible, el libro tiene algo. Hay algo en esas páginas que me ha gustado, pero no sé el qué con exactitud. Esto me lleva a comparar el libro con el amor, cuando alguien te enamoras, muchas de las cosas que sientes no puedes verlas ni sabes explicarlas, pero están ahí. 
Así que, si comparo este libro con el amor, es que merece que lea la segunda parte, que lo recomiende y que diga que es un buen libro. "Te vas a enamorar", pone en la portada y, como siempre Elísabet Benavent tiene razón. 




PUNTUACIÓN: 8/10 



Por último, antes de irme me gustaría contaros algo que me ha hecho bastante ilusión. En el libro, Martina y Pablo se emborrachan una noche y se tatúan, tatuaje que también se ha hecho la autora y que, casualidades de la vida, llevo yo hecho desde el verano. ¿Y qué es? 








4 comentarios:

  1. Hola :)
    Me tengo que poner las pilas con esta autora porque hace mucho que no leo algo de ella.
    Besos.

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  2. Pensaba que le pondrías más pegas! jajajaja
    Te prometo que el segundo te va a gustar más (o eso espero)
    <333

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  3. Tengo mil ganas de empezarlo, me encanta la autora y estoy segura de que Martina no me decepcionará.
    ¡un besito!

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  4. Pues le tengo ganas, tampoco me espero el libro del año, la verdad, pero lo dicho =)

    Besotes

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